Para los miembros de la Iglesia Bautista Renacer - 7 de Octubre de 2018
Habiendo sido atraídos por la gracia divina al arrepentimiento, a la fe en el Señor Jesucristo y a entregarnos a Él, y habiendo sido bautizados sobre la base de nuestra profesión de fe, en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, ahora renovamos, solemne y gozosamente el pacto que nos une, dependiendo de Su gracia y por el poder del Espíritu en nosotros.
Vamos a trabajar y orar por la unidad del Espíritu y el vínculo de la paz entre nosotros. Vamos a caminar juntos en amor fraternal, como caracteriza a los miembros de la Iglesia Cristiana.
Vamos a ejercitar cuidado y supervisión afectiva los unos a los otros y fielmente nos exhortaremos y amonestaremos según la ocasión lo amerite.
Mantendremos lazos fraternales con hermanos de otras congregaciones del mismo espíritu, y buscaremos la paz con todos.
No vamos a dejar de congregarnos como asamblea, ni dejaremos de orar entre nosotros y por nosotros. No negaremos la oración por el avance del evangelio, y el reino de Dios.
Nos comprometeremos a edificarnos mutuamente bajo el cuidado y la amonestación del Señor, y a procurar la salvación de nuestros familiares y amigos por medio de un ejemplo puro y amoroso.
Nos gozaremos por la felicidad de nuestros hermanos, lloraremos por sus tristezas y trabajaremos por llevar las cargas los unos de los otros con amabilidad y empatía.
Buscaremos, con la ayuda Divina, vivir cuidadosamente en el mundo, siendo sal y luz, negando las lujurias impías y mundanas, recordando que, como hemos sido sepultados voluntariamente en el bautismo y hemos resucitado de una tumba simbólica, igualmente tenemos la obligación especial de vivir una nueva vida de santidad.
Trabajaremos juntos por la continuación de un ministerio fiel y centrado en el evangelio en esta iglesia local, al permanecer en la adoración, las ordenanzas, la disciplina y las doctrinas bíblicas.
Vamos a contribuir voluntaria, gozosa y regularmente para el sustento del ministerio, los gastos de la iglesia, el cuidado de los pobres y la extensión del Evangelio en todas las naciones.
Cuando tengamos que mudarnos de vivienda, vamos a unirnos lo antes posible a una iglesia donde podamos continuar el espíritu de este pacto y los principios de la Palabra de Dios.
Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con todos nosotros. Amén.