Calle 168 #52-38 Bogotá, Colombia

1 La mano del Señor vino sobre mía, y me sacó en1 el Espíritu del Señorb, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesosc.

2 Y Él me hizo pasar en derredor de ellos, y he aquí, eran muchísimos sobre la superficie del valle; y he aquí, estaban muy secos.

3 Y Él me dijoa: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y yo respondí: Señor Dios1, tú lo sabesb.

4 Entonces me dijo: Profetiza sobre estos huesos, y dilesa: «Huesos secos, oíd la palabra del Señorb.

5 »Así dice el Señor Dios a estos huesos: “He aquí, haré entrar en vosotros espíritu1, y viviréisa.

6 “Y pondré tendones sobre vosotros, haré crecer carne sobre vosotros, os cubriré de piel y pondré espíritu en vosotros, y viviréis; y sabréis que yo soy el Señora”».

7 Profeticé, pues, como me fue mandadoa; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego1 un estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.

8 Y miré, y he aquí, había tendones sobre ellos, creció la carne y la piel los cubrió, pero no había espíritu en ellos.

9 Entonces Él me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: «Así dice el Señor Dios: “Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos muertosa, y viviránb”».

10 Y profeticé como Él me había ordenado, y el espíritu entró en ellos, y vivieron y se pusieron en piea, un enorme e inmenso ejércitob.

11 Entonces Él me dijo: Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israela; he aquí, ellos dicen: «Nuestros huesos se han secado, y nuestra esperanza ha perecidob. Estamos completamente destruidos1c».

12 Por tanto, profetiza, y diles: «Así dice el Señor Dios: “He aquí, abriré vuestros sepulcros y os haré subir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israela.

13 “Y sabréis que yo soy el Señor, cuando abra vuestros sepulcros y os haga subir de vuestros sepulcros, pueblo mío.

14 “Pondré mi Espíritu1 en vosotros, y viviréis, y os pondré en vuestra tierra. Entonces sabréis que yo, el Señor, he hablado y lo he hecho”—declara el Señora».

15 Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:

16 Y tú, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ellaa: «Para Judá y para los hijos de Israelb, sus compañeros». Toma luego otra vara y escribe en ella: «Para José, vara de Efraín, y para toda la casa de Israelc, sus compañeros».

17 Júntalas la una con la otra en una sola vara para que sean una sola en tu manoa.

18 Y cuando los hijos de tu pueblo te hablen, diciendo: «¿No nos explicarás qué quieres decir con estoa?»,

19 diles: «Así dice el Señor Dios: “He aquí, tomaré la vara de José, que está en la mano de Efraín, y las tribus de Israel, sus compañeros; las pondré con aquella, con la vara de Judá, y las haré una sola vara, y serán una en mi mano”».

20 Y las varas en que escribas estarán en tu mano a la vista de ellos,

21 y diles: «Así dice el Señor Dios: “He aquí, tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los recogeré de todas partes y los traeré a su propia tierraa.

22 “Y haré de ellos una nación en la tierra, en los montes de Israela; un solo rey será rey de todos ellos; nunca más serán dos naciones, y nunca más serán divididos en dos reinosb.

23 “No se contaminarán más con sus ídolos, ni con sus abominaciones, ni con ninguna de sus transgresiones; sino que los libraré de todos los lugares1 en que pecaron y los limpiaréa. Y ellos serán mi pueblo y yo seré su Diosb.

24 “Mi siervo David será rey sobre ellosa, y todos ellos tendrán un solo pastorb; andarán en mis ordenanzas y guardarán mis estatutos y los cumplirán.

25 “Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos y sus hijos, y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será su príncipe para siemprea.

26 “Y haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellosa. Y los estableceré1b, los multiplicaréc y pondré mi santuario en medio de ellos para siempred.

27 “Mi morada estará también junto a ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi puebloa.

28 “Y las naciones sabrán que yo, el Señor, santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellosa para siempre”».