Calle 168 #52-38 Bogotá, Colombia

Jesús ante Pilato

15 Muy de mañana, los principales sacerdotes prepararon enseguida una reunión con los ancianos, los escribas y todo el concilio[a]; y atando a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato. Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo Él, le dijo*: Tú lo dices. Y los principales sacerdotes le acusaban de muchas cosas[b]. De nuevo Pilato le preguntó, diciendo: ¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan. Pero Jesús no respondió nada más; de modo que Pilato estaba asombrado.

Jesús o Barrabás

Ahora bien, en cada fiesta él acostumbraba soltarles un preso, el que ellos pidieran. Y uno llamado Barrabás había sido encarcelado con los sediciosos que habían cometido homicidio en la insurrección. Y subiendo la multitud, comenzó a pedirle que hiciera como siempre les había hecho. Entonces Pilato les contestó, diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? 10 Porque sabía que los principales sacerdotes le habían entregado por envidia. 11 Pero los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que le pidiera que en vez de Jesús les soltara a Barrabás. 12 Y Pilato, tomando de nuevo la palabra, les decía: ¿Qué haré, entonces, con el que llamáis el Rey de los judíos? 13 Ellos le respondieron a gritos[c]: ¡Crucifícale! 14 Y Pilato les decía: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Y ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! 15 Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, le entregó para que fuera crucificado.

Los soldados se mofan de Jesús

16 Entonces los soldados le llevaron dentro del palacio[d], es decir, al Pretorio, y convocaron* a toda la cohorte[e] romana. 17 Le vistieron* de púrpura, y después de tejer una corona de espinas, se la pusieron; 18 y comenzaron a vitorearle: ¡Salve, Rey de los judíos! 19 Le golpeaban la cabeza con una caña[f] y le escupían, y poniéndose de rodillas le hacían reverencias. 20 Y después de haberse burlado de Él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacaron* para crucificarle.

21 Y obligaron* a uno que pasaba y que venía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y Rufo, a que llevara la cruz de Jesús[g].

La crucifixión

22 Le llevaron* al lugar llamado Gólgota, que traducido significa: Lugar de la Calavera. 23 Y trataron de darle vino mezclado con mirra, pero Él no lo tomó. 24 Cuando le crucificaron*, se repartieron* sus vestidos, echando suertes[h] sobre ellos para decidir lo que cada uno tomaría. 25 Era la hora tercera[i] cuando[j] le crucificaron. 26 Y la inscripción de la acusación contra Él decía[k]: EL REY DE LOS JUDÍOS. 27 Crucificaron* con Él a dos ladrones; uno a su derecha y otro a su izquierda. 28 [l]Y se cumplió la Escritura que dice: Y con los transgresores fue contado. 29 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, 30 ¡sálvate a ti mismo descendiendo de la cruz! 31 De igual manera, también los principales sacerdotes junto con los escribas, burlándose de Él entre ellos, decían: A otros salvó, a sí mismo no puede salvarse[m]. 32 Que este[n] Cristo, el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. Y los que estaban crucificados con Él también le insultaban.

Muerte de Jesús

33 Cuando llegó la hora sexta[o], hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena[p]. 34 Y a la hora novena Jesús exclamó con fuerte voz: Eloi, Eloi¿lema sabactani?, que traducido significa, Dios mío, Dios mío¿por qué me has abandonado? 35 Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: Mirad, a Elías llama. 36 Entonces uno corrió y empapó una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña[q], le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si Elías viene a bajarle. 37 Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. 38 Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. 39 Viendo el centurión que estaba frente a Él, la manera en que[r] expiró, dijo: En verdad este hombre era Hijo de Dios[s]. 40 Había también unas mujeres mirando de lejos, entre las que estaban María Magdalena, María, la madre de Jacobo[t] el menor[u] y de José, y Salomé, 41 las cuales cuando Jesús estaba en Galilea, le seguían y le servían; y había muchas otras que habían subido con Él a Jerusalén.