Calle 168 #52-38 Bogotá, Colombia

La majestuosa presencia del Señor

16 Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos[a] y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un fuerte sonido de trompeta; y tembló todo el pueblo que estaba en el campamento. 17 Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y ellos se quedaron al pie[b] del monte. 18 Y todo el monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en fuego; el[c] humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía con violencia. 19 El sonido de la trompeta aumentaba más y más; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno[d]. 20 Y el Señor descendió al monte Sinaí, a la cumbre del monte; y llamó el Señor a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. 21 Y el Señor dijo a Moisés: Desciende, advierte[e] al pueblo, no sea que traspasen los límites para ver al Señor y perezcan[f] muchos de ellos. 22 También que se santifiquen los sacerdotes que se acercan al Señor, no sea que el Señor irrumpa contra ellos. 23 Y Moisés dijo al Señor: El pueblo no puede subir al monte Sinaí, porque tú nos advertiste[g], diciendo: «Pon límites alrededor del monte y santifícalo». 24 Entonces el Señor le dijo: Ve, desciende, y vuelve a subir[h], tú y Aarón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los límites para subir al Señor, no sea que Él irrumpa contra ellos. 25 Descendió, pues, Moisés y advirtió[i] al pueblo.

Los Diez Mandamientos

20 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:

Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre[j].

No tendrás otros dioses delante de[k] mí.

No te harás ídolo[l], ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás[m] ni los servirás[n]; porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta[o] la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, 10 mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo[p]. 11 Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó.

12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da.

13 No matarás[q].

14 No cometerás adulterio.

15 No hurtarás.

16 No darás falso testimonio contra tu prójimo.

17 No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.

El pueblo teme al Señor

18 Y todo el pueblo percibía los truenos[r] y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia. 19 Entonces dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y escucharemos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos. 20 Y respondió Moisés al pueblo: No temáis, porque Dios ha venido para poneros a prueba, y para que su temor permanezca en[s] vosotros, y para que no pequéis. 21 Y el pueblo se mantuvo a distancia, mientras Moisés se acercaba a la densa nube donde estaba Dios.